Anochecía en la tranquila y apacible casa de Laura. En el momento en el que se disponía a encender las brasas de la chimenea porque, a 31 de octubre ya se va notando el frío y la humedad que se cuela por debajo de la puerta, se distrajo al escuchar el pitido de la tetera que anunciaba que el agua ya estaba lista para su momento favorito del día, cuando reposa en su cómodo sofá, coge la novela que esté devorando en ese momento y disfruta relajada de un rico té mientras se sumerge en las páginas del libro, alejándose de la realidad que quiere dejar atrás, al menos, por unas horas.
Ese 31 de octubre no tenía nada de especial para Laura, había ido a trabajar como cualquier otro día. Hacia las dos, hizo un descanso para engullir el plato del día, que lleva a la oficina hecho desde casa porque la cosa no está para comer todos los días fuera. Sentada en el office, sin mediar palabra casi con ninguno de los que deambulan a esa hora por la oficina, regresó velozmente a su mesa para terminar el papeleo de turno deseando que dieran las cinco de la tarde para correr hacia el autobús y llegar a su tranquilo y alejado hogar, dulce hogar.
Al entrar en casa, intuyó que algo no marchaba como siempre pero, inmediatamente desechó ese pensamiento de la cabeza y se dispuso a preparar su baño, deseando llegar pronto al sofá y evadirse de su rutina.
Tras su relajado baño, justo cuando se disponía a encender las brasas, escuchó el pitido de la tetera y corrió hacia la cocina. Fue en ese momento cuando, sin esperarlo, descubrió una sospechosa sombra junto a la puerta de la cocina que da hacia la terraza. Se paró en seco ignorando el zumbido de la tetera y se quedó petrificada, si saber qué hacer, mientras la sospechosa sombra, que le recordaba demasiado al temido Nosferatu de su adorado Murnau, intentaba entrar en su casa.
La tranquilidad se terminó en ese mismo instante para Laura, que seguía congelada, sin poder moverse ni mediar palabra.
¿Qué hacer cuando alguien intenta entrar en tu casa sin ser invitado, a escondidas, y no tienes a dónde ir?.
Mientras pensaba una y otra vez en eso, giró el pomo de la puerta y la sombra se coló en su casa en apenas unos segundos que a Laura le parecieron eternos, y se dió cuenta de que no era debido a su imaginación ni a su afición al cine de terror, la razón por la que la figura que entraba en su casa le recordaba a Nosferatu. Era porque caminaba torpemente y con movimientos limitados, y al mirarle al rostro, no pudo reprimir un grito atroz al darse cuenta de que se encontraba, como si fuese la protagonista de un film de terror, no frente a su personaje de miedo preferido, sino frente a un zombie que portaba es sus manos ensangrentadas un peculiar collar en el que las cuentas no eran otra cosa sino orejas humanas marcadas con sangre que aún goteaban en el suelo de su cocina.
Justo en el momento en el que el zombie de acercaba hacia ella, el zumbido de la tetera hizo que despertara sobresaltada y bañada en sudor, en su querido sofá frente al calor de la chimenea. Se dirigió, aún sin respiración hacia la cocina y se preparó su anhelado y rico té para regresar a su lugar favorito de la casa, sin borrar ese pensamiento que le venía una y otra vez a su cabeza: ¿Habrá sido una pesadilla o realmente sucedió de verdad?, ya que, un 31 de octubre todo lo relacionado con el mundo de la muerte puede pasar.
Y tú, ¿vas a pasar la noche de Halloween solo?.
PD: Las galletas están inspiradas en la serie de moda: The Walking Dead. Aprendí a hacerlas gracias a este imprescindible tutorial del blog que pasará a formar parte de tus favoritos: Semi Sweet Designs. La receta es la que suelo utilizar siempre que voy a decorar galletas con glasa que ya te expliqué en este post: Galletas decoradas con glasa.
Hasta pronto.
María menos mal que no lo lei anoche... que miedito. Genial el post
ResponderEliminar...jajaajajjaja...Me alegra que te gustase, María, aunque te diese miedo, jajaja. Acabo de corregir algunos detalles para mejorarlo porque el 31 lo hice improvisado, por la tarde y con prisas porque no llegaba a tiempo, jeje. Buen día. Gracias por el comentario.
EliminarJaajaj esto con María, que miedo, muy buen relato si señor!!! Feliz halloween!!
ResponderEliminarFeliz finde!
http://bakelosophy.blogspot.com.es/
¡¡Muchas gracias, Texy!!. Y por el comentario. Ayer se me echó el tiempo encima y casi no llego, lo hice todo improvisado y corriendo pero, hoy corregí algún detalle y quedó un poco mejor, que yo no escribo, jajajajaj. ¡¡Buen finde!! ;-)
Eliminarjajajaja, lo acabo de leer y me ha encantado!!! pero cómo te lo curras!!! y las galletas son totales!!! muy muy terroríficas!!!
ResponderEliminarun besazo guapa,
Marta
..jejeje. ¡¡Muchas gracias Marta!!. La verdad es que no me apetecía hacer otro post con receta y de más y, sobre la marcha, fui improvisando el relato, que puede mejorar, sin duda pero, entre que lo hice sin pensar, que no soy escritora y demás...al menos, para hacer algo diferente dió el pego, jejeje. Besitos.
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